13:24 | LUQUEÑO
Chancho revuelto
El Chiquero ya olía mal. Es que hace mucho los resultados no acompañan al equipo. Y tras una nueva derrota la semana pasada (1-0 ante Rubio) la cosa se puso densa: Jara Saguier informó que fueron desafectados cinco de sus jugadores, por bajo rendimiento. ¿Quiénes? Gilberto Palacios, Carlos Ortiz, Jeison Ibarrola, Elvio Amarilla y Federico Cataruozzolo. En el fútbol, se sabe bien, los número mandan... a la casa a cualquiera.
La mala campaña del equipo auriazul ya se cobró a otras víctimas. Anteriormente había sido cesado en su cargo el entrenador Roberto Pasucci. Ahora, la directiva resolvió dejar de lado a cinco jugadores: Carlos Ortiz, Federico Catarouzzolo, Jeyson Ibarrola, Gilberto Palacios y Elvio Amarilla.
Ramón González Daher, titular de Luqueño, puso fin a los vínculos contractuales de cinco jugadores. El argumento principal es el bajo rendimiento de los atletas coincidente con la mala campaña del equipo en el certamen.
La nómina de quienes quedaron al margen incluye a: Carlos Ortiz, Jeyson Ibarrola, Gilberto Palacios, Elvio Amarilla y Federico Catarouzzolo.
El directivo no descarta la posibilidad de que se sigan sumando jugadores a la lista dada a conocer.
Luqueño, en lo que va del Clausura, ha logrado un solo triunfo en la fecha nueve ante Tacuary por lo que la cuestión ya es preocupante también teniendo en cuenta la situación en la tabla de promedios.
Diario abc color
ESTADIO FELICIANO CACERES
Un barrio festeja; una ciudad sufre
Osvaldo Ardiles decía que “la tabla no miente”. Y tiene razón. Luqueño llegaba al duelo con “diez puntos”, ubicado en el último lugar de la clasificación, sumido en una crisis deportiva tremenda, mientras que Rubio Ñu atravesaba quizás por su peor momento desde su reincorporación al fútbol grande, con cinco juegos sin ganar, pero pudo hacer leña del árbol caído.
El Sportivo dependía de la corazonada del “Mucamo” Servín, que se ganó el aplauso de la escasa afición local por su entrega, sus incursiones ofensivas, sus jugadas, pero fue cambiado siendo figura por desoír las disposiciones técnicas.
Todo estaba parejo hasta que Claudio Correa se hizo expulsar en el primer tiempo en forma infantil por un manotazo a Ramos.
Rubio Ñu tuvo paciencia y por acumulación de méritos llegó al gol del triunfo a través de Robin Ramírez, quien aplicó la “puñalada” a un Luqueño cada vez más golpeado y que tiene un problema grave que no es de entrenador, sino de jugadores, que dan la sensación de que les da lo mismo ganar que perder y no debe ser así, porque causan un daño tremendo al club y a sus familiares por no tener ingresos extras con los premios. Ni Copperfield inspirado en Mandrake podrá levantar al Auriazul si sus futbolistas no se ponen las pilas. Están a tiempo.
31 de Octubre de 2010 00:00
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