TRADICIONAL ENCUENTRO QUE REALIZAN LOS VICE CAMPEONES DEL 75
LA REUNIÓN TUVO LUGAR EN EL DOMICILIO DE FELIPE NERY PERALTA
A 39 años de aquella memorable noche del 31 de diciembre de 1975
Cuando todos nos disponíamos a ultimar detalles para recibir al nuevo año, el Sportivo Luqueño entraba a disputar su primer pasaje a la Copa Libertadores de América.
Ante una sospechosa disposición de la máxima dirigencia de la LPF (Liga Paraguaya de Futbol) hoy APF (Asociación Paraguaya de Fútbol) resolvió la disputa del partido definitorio entre el Sportivo Luqueño y River Plate a disputarse a las 20.00 hs. de un 31 de diciembre. Cuando que el Sportivo Luqueño, había liberado a la totalidad de su plantel conforme a lo acordado entre las partes y la LPF,(Liga Paraguaya de Fútbol) estableciéndose que este encuentro debería disputarse a mediados de enero del próximo año.
Enterada la Dirigencia del Sportivo Luqueño de la maliciosa disposición de LPF, iniciaron una operación de rescates de sus atletas, que en su mayoría resultaban ser originarios de las campiñas más recónditas de la república. Hoy con tanta tecnología disponible esto no parecería ser un problema, pero el caso es de hace casi 40 años atrás.
El Sportivo Luqueño se impone después del tiempo reglamentario a través de los tiros penales y así inscribe su nombre por primera vez en el máximo torneo del Fútbol Sudamericano, la "Copa Libertadores de América". Cuando Chirolita Ferreira ejecuta y convierte el gol definitorio, se desata el carnaval, los gritos roncos de la hinchada sumida en llantos de alegría, los abrazos desbordados de los luqueños arrancan en caravanas de victoriosos rumbo a la ciudad de la música. Desde el Km 12 en marcha y vítores hasta el entonces Templo, hoy Santuario Virgen del Rosario. Se convierte el púlpito en un foro de exaltaciones de fe y gratitud a su devota Santa patrona.
Aun persiste en mi retina cuando mí querido finado padre Don Atilano Caceres, presidente del Club Sportivo Luqueño, con los gloriosos atletas eran traídos en andas por las calles céntricas de la Ciudad. La comunidad luqueña recibió al año nuevo en las calles, entre gritos, vítores, hurras y abrazos. En improvisadas batucadas y cánticos de los hinchas que desencadenan el carnaval de locos hasta el amanecer.
Así como esas memorias que se torna inmortales, aún persisten en la retina las estampas de las corridas de Cohete Cantero, los desbordes de Eulalio Cardozo, el talento del Pancho Rivera, los furibundos disparos de Montania, la leyenda de Soto gol, el practicismo de Torales, la templanza de Eudoro Ríos, la capacidad de
acople de Peralta, el liderazgo de Arturo Martínez, la jerarquía de Baudelio Sanabria, la resistencia de Benito Sandoval, la entrega de Gilberto Fleitas las increíbles atajadas de Gregorio Arce, la surda de Juan Carlos Sosa, Los tiros libres de Alfredo Heywood, Los saltos de Cleto Fretes(+) la estampa imponente de Isasi, la nobleza de Juan Britos, La riqueza técnica de Orlando Jiménez, La estampa recia de Arecio Balbuena, el interminable Benito Díaz, que pulmón tenia este Señor Jugador. Todos bajo la batuta de Don Carlos Arce. A tantas gentes debemos gratitud, a tantos atletas, plantel técnico, médico, utileros y dirigentes, a quienes pido disculpas por la
Involuntaria omisión, todos juntos hicieron posible esto que jamás podremos olvidar de esa memorable noche del 31 de diciembre de 1975 “el mejor año nuevo luqueño de la historia”
Ante una sospechosa disposición de la máxima dirigencia de la LPF (Liga Paraguaya de Futbol) hoy APF (Asociación Paraguaya de Fútbol) resolvió la disputa del partido definitorio entre el Sportivo Luqueño y River Plate a disputarse a las 20.00 hs. de un 31 de diciembre. Cuando que el Sportivo Luqueño, había liberado a la totalidad de su plantel conforme a lo acordado entre las partes y la LPF,(Liga Paraguaya de Fútbol) estableciéndose que este encuentro debería disputarse a mediados de enero del próximo año.
Enterada la Dirigencia del Sportivo Luqueño de la maliciosa disposición de LPF, iniciaron una operación de rescates de sus atletas, que en su mayoría resultaban ser originarios de las campiñas más recónditas de la república. Hoy con tanta tecnología disponible esto no parecería ser un problema, pero el caso es de hace casi 40 años atrás.
El Sportivo Luqueño se impone después del tiempo reglamentario a través de los tiros penales y así inscribe su nombre por primera vez en el máximo torneo del Fútbol Sudamericano, la "Copa Libertadores de América". Cuando Chirolita Ferreira ejecuta y convierte el gol definitorio, se desata el carnaval, los gritos roncos de la hinchada sumida en llantos de alegría, los abrazos desbordados de los luqueños arrancan en caravanas de victoriosos rumbo a la ciudad de la música. Desde el Km 12 en marcha y vítores hasta el entonces Templo, hoy Santuario Virgen del Rosario. Se convierte el púlpito en un foro de exaltaciones de fe y gratitud a su devota Santa patrona.
Aun persiste en mi retina cuando mí querido finado padre Don Atilano Caceres, presidente del Club Sportivo Luqueño, con los gloriosos atletas eran traídos en andas por las calles céntricas de la Ciudad. La comunidad luqueña recibió al año nuevo en las calles, entre gritos, vítores, hurras y abrazos. En improvisadas batucadas y cánticos de los hinchas que desencadenan el carnaval de locos hasta el amanecer.
Así como esas memorias que se torna inmortales, aún persisten en la retina las estampas de las corridas de Cohete Cantero, los desbordes de Eulalio Cardozo, el talento del Pancho Rivera, los furibundos disparos de Montania, la leyenda de Soto gol, el practicismo de Torales, la templanza de Eudoro Ríos, la capacidad de
acople de Peralta, el liderazgo de Arturo Martínez, la jerarquía de Baudelio Sanabria, la resistencia de Benito Sandoval, la entrega de Gilberto Fleitas las increíbles atajadas de Gregorio Arce, la surda de Juan Carlos Sosa, Los tiros libres de Alfredo Heywood, Los saltos de Cleto Fretes(+) la estampa imponente de Isasi, la nobleza de Juan Britos, La riqueza técnica de Orlando Jiménez, La estampa recia de Arecio Balbuena, el interminable Benito Díaz, que pulmón tenia este Señor Jugador. Todos bajo la batuta de Don Carlos Arce. A tantas gentes debemos gratitud, a tantos atletas, plantel técnico, médico, utileros y dirigentes, a quienes pido disculpas por la
Involuntaria omisión, todos juntos hicieron posible esto que jamás podremos olvidar de esa memorable noche del 31 de diciembre de 1975 “el mejor año nuevo luqueño de la historia”
